domingo, 18 de enero de 2009

GORE-TEX TRANSALPINE-RUN 2008

Qué se puede decir de la Gore-Tex Tranalpine-Run , las cifras hablan por sí solas: cerca de 300 KM, casi 16.000 metros de desnivel positivo (casi 2 veces el Everest des del nivel del mar), 8 etapas atravesando los Alpes, 3 países: Alemania, Austria e Italia, 228 equipos de dos personas llevando sus fuerzas al límite durante 8 días. Ya se la ha bautizado como el Tour de Francia de las carreras de montaña.
Si añadimos que las etapas comienzan entre las siete y las ocho de la mañana (implica levantarse sobre las cuatro de la madrugada) y que se duerme en polideportivos y colegios junto con el resto de participantes, el descanso y la recuperación se hace aún más difícil.

En 2008, cuarta edición, se estrenaba recorrido. Hasta la fecha se corrían 7 etapas con un total de 240 km y 12.000 metros de desnivel positivo. En esta edición, las etapas han ido des de 24 hasta 48 km con desniveles totales des de 2.200 hasta 5.600 metros.

Existen cuatro categorías: masculina, femenina, master (más de 80 años entre los 2 participantes) y mixta. Nosotros éramos uno de los 65 equipos de la categoría mixta que tomaron la salida en Rupholding. Un total de 228 equipos iniciaron la carrera, 28 de ellos españoles. La dureza de la prueba queda reflejada en que un 30% de los equipos no llegó a meta.

La organización es impecable: marcaje y seguridad del recorrido, personal en carrera a pie, en bicicleta y en moto, avituallamientos variados y abundantes, servicio médico, transporte de equipaje y un larguísimos etcétera para que sólo os dediquéis a correr durante 8 días sin ninguna otra preocupación.

La participación española fue considerable, en la organización había también un español, Oriol, hablaba alemán, inglés, italiano, castellano, catalán y ves a saber cuántos idiomas más, por lo que estuvimos informados en todo momento, además de ser un perfecto speaker y animador. De todos modos la mayoría de personal hablaba inglés y ponían todo de su parte para entenderte y ayudarte en todo lo neceario.

Por la tarde nos reuníamos en la pasta party, dónde además de recargar energía y compartir las experiencias y anécdotas del día con los compañeros, el ayuntamiento del pueblo en el que estábamos preparaba un pequeño show con parlamento del alcalde y representación del folklore de la zona. Se procedía a la entrega de premios de la etapa y de la general, al briefing de la etapa del día siguiente que incluía visión en video del track GPS de la carrera sobre un mapa 3D y previsión meteorológica, y por último se pasaba el video y las fotos del día.

Mención especial se merece la última noche en la que se entrega la camiseta de finisher por la que has estado luchando toda la semana.

Resumiendo, respecto la organización, lo tienen todo bajo control y se preocupan no sólo de que corras sino de que estés a gusto y te diviertas.

La ruta no es excesivamente técnica, la mayoría de las etapas comenzaban con unos 10 km planos, por pista o carretera, de mucho correr. Después ligera pero continua subida, algún tramo de sendero muy pendiente para acabar con una larga y bastante pronunciada bajada, en general no muy técnica, bastante rápida.

Nuestro objetivo era acabar la prueba, ganarnos la camiseta de finisher. Empezamos con muchísimo respeto, muy prudentes, mejorando a diario en la clasificación, hasta el punto que el último día entramos en meta en la posición 24 de nuestra categoría.


En cuanto a la carrera, resumiendo, no es muy técnica, se puede correr muchísimo, tramos de subida de sendero con mucha pendiente y largas y rápidas bajadas para acabar el día. Los paisajes son espectaculares. Muy importante la recuperación cada día y prudencia para llegar al final con las fuerzas suficientes.

Pero lo mejor de la carrera, sin duda, como en todas las aventuras de este tipo, es compartirla con los compañeros, que durante esos días se convierten en tu familia.

A todos ellos, Samuel y Lidia que tanto nos ayudaron con sus consejos y experiencia y con los que compartiremos más aventuras, Domingo y Roberto, de Callosa de Segura que se pegaron un carrerón y fueron los héroes del pueblo, los chicos del Trialcamp que siempre animaban y daban el toque de humor a la jornada, los del Trote Extrem, Helena y Ramon con los que siempre compartíamos algunos kilómetros de la etapa, María Luisa de Méjico, siempre con una sonrisa, los chicos de la Selecció Catalana, Jordi y Jordi, segundos de su categoría, en lo alto de pódium y siempre simpáticos y próximos, los periodista de La Vanguardia, los hermanos Aldekoa, a los que les cedemos el nombre de nuestro equipo, Spartans, ya que ellos si que fueron espartanos, fueron a cubrir la carrera y se cubrieron de gloria con su esfuerzo, sacrificio y voluntad hasta que el cuerpo dijo basta. A todos ellos y tantos otros con los que compartimos esta aventura e hicieron que fuera algo inolvidable (los chicos de La Garriga, el equipo Númalas, el Aliga, Siuranella, los venezolanos, los italianos,….) y que esperamos encontrarnos en otros lugares compartiendo nuestra pasión por poner un pie delante del otro.

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